Hola, me llamo Miguel, tengo 13 años, voy al colegio marianistas y
escribo
sobre el tema de "Cursos de idiomas en el extranjero".
Un curso de idiomas en el extranjero es un viaje especial que se
suele
recordar toda la vida ya que es una experiencia inolvidable, una
marca en
tu
corazón. Lo sé porque en el mes de marzo fui de intercambio a Suecia
con
otros amigos de la escuela, y verdaderamente, no lo olvidaré en mi
vida.
La
mayoría de los alumnos, tanto suecos como españoles acabaron llorando
en
la
despedida.
Antes de ir a Lund,(el pueblecito de Suecia al que fuimos) mi familia
estaba
muy preocupada, en especial mi abuela, por cómo sería la familia
asignada.
Parecía que las fotos no acababan de convencerla.
Hablando ya del viaje, cogimos un autobús que nos llevó a Madrid en
cuatro
horas. Allí, en la nueva terminal T-4, cogimos un vuelo hasta el
aeropuerto
de la capital danesa, Copenhague. Más tarde, tomamos un tren que nos
llevó
a
través del Mar Báltico (una vista increíble) hasta Lund.
Todo el grupo estudiantil, antes de llegar estaba muy nervioso.
Pero al llegar allí, llamé a mis parientes y les dije que todo estaba
en
orden, que podían quedarse tranquilos. Todos los días estábamos en
contacto.
Cuando arribamos a la estación de tren, mi compañero sueco y su padre
fueron
de los pocos miembros de las familias que vinieron a buscarme. Había
pocos
coches pero nos las apañamos para llegar todos al colegio y hacer el
reparto
de casas. Todo fue bien durante toda la semana y no lo olvidaré
jamás. Por
eso, tenemos que valorar esta oportunidad que nos brindan los padres
para
hacer un viaje al extranjero. Hay que disfrutar.
Ahora, estamos preparando la llegada de Viktor (mi compañero de
intercambio), que llegará a Zaragoza el próximo Martes a las 11:30 de
la noche.

Miguel Bressel, Zaragoza